viernes, 19 de febrero de 2016

LAS POSEÍDAS DE LOUDUN

Satanas en el convento... Urbano Grandier, ¿sacerdote y brujo?

En 1634 Francia se vio sacudida por el caso de unas monjas que decían estar poseídas por el demonio. El párroco de la ciudad fue acusado de brujería y quemado vivo en la hoguera


 
En 1626 se fundó en la ciudad de Loudun, 300 kilómetros al suroeste de París, un convento de monjas ursulinas. Eran 17 religiosas, casi todas muy jóvenes, que llegaban para reforzar la presencia del catolicismo en una población donde los protestantes hugonotes eran mayoría. Una de ellas era Jeanne de Belcier, en religión Juana de los Ángeles. Nacida en una familia de la baja nobleza de Poitou, de niña había padecido una enfermedad que la dejó encorvada y de talla diminuta.

A los 20 años ingresó en las ursulinas de Poitiers, y desde su traslado a Loudun reveló un carácter intrigante y ambicioso que la llevó a ser elegida superiora del convento con sólo 27 años. Presas de una verdadera histeria, las diecisiete hermanas del convento de las ursulinas de Loudun gritan que están poseídas por el diablo. Nombran al que hizo entrar en ellas al demonio: Urbano Grandier, sacerdote de una parroquia de la ciudad, en conflicto con la burguesía local. Después de dos años de acusaciones, Urbano Grandier es encontrado culpable de brujería y quemado en la hoguera. Sin embargo, las crisis de posesión de las hermanas no terminan ahí.





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